El expresidente de México, Felipe Calderón, rompió el silencio luego de que su exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, fuera condenado a 38 años de prisión en Estados Unidos
Calderón niega vínculos y defiende su administración
En su mensaje del 16 de octubre, el exmandatario aseguró que nunca tuve evidencia verificable que lo involucrara con actividades ilícitas y que tampoco recibió información en ese sentido por parte de agencias de inteligencia mexicanas o extranjeras. Según Calderón, durante su administración de 2006 a 2012, las agencias internacionales confiaban en García Luna y colaboraban con él de manera regular.
Calderón también aprovechó para defender su política de guerra contra el narcotráfico, la cual fue una de las estrategias más controvertidas de su sexenio. En su mensaje, afirmó que, de encontrarse nuevamente en la misma situación, lo volvería a hacer, justificando la medida como una respuesta necesaria ante los altos índices de violencia y la expansión de los cárteles.
Un caso que sacude la imagen de su gobierno
La condena de García Luna ha sido un duro golpe para la imagen del gobierno de Calderón, pues García Luna fue uno de los funcionarios más cercanos y con mayor responsabilidad en la lucha contra el narcotráfico. Ante esta situación, Calderón se mostró firme en su posición de que la sentencia y el juicio en Estados Unidos son temas que no le corresponden directamente, enfatizando que es un hombre de leyes y respeta las decisiones judiciales.
Sin embargo, dejó claro que la lucha contra la inseguridad en su sexenio no dependía únicamente de García Luna, sino que fue un esfuerzo de todo su gabinete y equipo de seguridad. La batalla contra el crimen organizado fue una decisión de Estado, indicó, sugiriendo que no todo recae en una sola persona, sino en un esfuerzo coordinado por parte del gobierno en su conjunto.
Polémica y críticas tras el pronunciamiento
Las declaraciones de Calderón no han pasado desapercibidas y han generado un debate intenso en redes sociales y medios de comunicación. Algunos sectores han criticado su falta de autocrítica y su negativa a asumir alguna responsabilidad por haber mantenido en el cargo a un personaje que ahora ha sido vinculado directamente con el narcotráfico. Mientras tanto, sus seguidores han defendido su postura, destacando que no existían pruebas durante su gobierno y que la colaboración con García Luna se basó en la información disponible en ese momento.