La UE preparó una serie de contraaranceles sobre importaciones estadounidenses por valor de hasta 21 mil millones de euros
La Comisión Europea anunció que esta semana defenderá con firmeza la reducción o eliminación de los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos europeos, pese a la reciente declaración del expresidente Donald Trump de que duplicaría los derechos de importación sobre el acero y el aluminio, llevándolos hasta el 50%.
El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, sostendrá una reunión clave este miércoles en París con el representante de Comercio de Estados Unidos, Jamieson Greer, en el marco del encuentro anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Paralelamente, equipos técnicos de la Comisión Europea mantendrán negociaciones en Washington para intentar frenar una escalada comercial entre ambas potencias.
"Queremos evitar una guerra comercial. No queremos seguir el camino de los aranceles. En lugar de que aumenten, queremos que disminuyan y, en la medida de lo posible, que se eliminen", señaló un portavoz de la Comisión en una rueda de prensa celebrada el lunes. "Lo defenderemos con firmeza tanto a nivel técnico como político esta semana".
La Unión Europea lamentó profundamente la posible duplicación de los aranceles al acero, en un momento en que ya enfrenta tarifas del 25% sobre sus exportaciones de acero y automóviles, además de aranceles "recíprocos" sobre la mayoría de sus productos, actualmente fijados en un 10% tras una tregua de 90 días que vence en julio.
En respuesta a las medidas estadounidenses, la UE preparó una serie de contraaranceles sobre importaciones estadounidenses por valor de hasta 21 mil millones de euros, aunque su aplicación fue suspendida inicialmente como señal de buena voluntad. Sin embargo, la Comisión advirtió que, si no se alcanza una solución aceptable, estas contramedidas entrarían en vigor automáticamente el 14 de julio o antes, si las circunstancias así lo exigen.
Asimismo, el bloque europeo analiza una respuesta más amplia que podría afectar importaciones estadounidenses por un valor estimado de hasta 95 mil millones de euros, lo que significaría una nueva fase en un conflicto comercial que amenaza con deteriorar aún más las relaciones transatlánticas.