Las principales casas encuestadoras de México enfrentan un clima de incertidumbre a raíz del sorteo propuesto por Morena para definir la candidatura presidencial.
Mientras algunas de estas empresas admiten la dificultad de cumplir con las reglas impuestas por el partido, otras critican la presencia de seis representantes de los aspirantes en las encuestas, argumentando que podría intimidar a los encuestados. Además, las encuestadoras alegan que surge el temor de que este sistema permita que los representantes interfieran en el proceso y puedan boicotear el trabajo de campo.
A escasas horas del sorteo que Morena llevará a cabo para seleccionar las encuestadoras propuestas por los candidatos, un sondeo realizado revela que las empresas consultadas evitan hacer declaraciones públicas para no violar el pacto de máxima confidencialidad. Estas empresas confirman que previamente fueron consultadas por los equipos de los aspirantes y el partido antes de ser propuestas para el sorteo.
Las críticas y dudas que rodean este proceso son variadas. La obligación de que cada encuestador esté acompañado por seis representantes de los aspirantes podría intimidar a los encuestados y afectar la calidad de los resultados.