La operación 'Puñal verde y amarillo'
El plan de asesinato fue denominado 'Puñal verde y amarillo', haciendo referencia a los colores de la bandera nacional de Brasil, y tenía como fecha de ejecución el 15 de diciembre de 2022, 45 días después de que la fórmula del Partido de los Trabajadores resultó elegida con el 51% de los votos en las elecciones presidenciales. La organización criminal planeaba ejecutar los asesinatos para desestabilizar el proceso democrático y evitar que Lula asumiera la presidencia, generando un golpe de Estado en el país.
Conexión con los actos golpistas del 8 de enero de 2023
El plan de asesinato estaba vinculado a los actos golpistas ocurridos el 8 de enero de 2023, cuando miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal en un intento por forzar un golpe de Estado contra el recién electo presidente Lula. Alexandre de Moraes, uno de los objetivos de los conspiradores, ha estado al frente de la investigación sobre estos disturbios, que incluyeron el intento de desestabilizar las instituciones democráticas brasileñas.
Militares involucrados en el complot
Los militares involucrados en este complot fueron formados en Fuerzas Especiales, lo que indica que los conspiradores tenían conocimientos avanzados de tácticas de guerra y operaciones clandestinas. El hecho de que miembros de las fuerzas armadas estuvieran detrás de este plan ha generado gran preocupación en la sociedad brasileña, ya que pone de manifiesto la existencia de una red de apoyo a movimientos golpistas dentro de las instituciones del país.
Reacciones ante el desmantelamiento del plan
El desmantelamiento de este complot ha sido recibido con una gran condena en Brasil y a nivel internacional. La Policía Federal ha sido elogiada por su rápida acción para prevenir el asesinato del presidente Lula y otros altos funcionarios, lo que podría haber desestabilizado aún más la situación política del país. Por otro lado, el incidente ha vuelto a poner en la agenda el debate sobre la polarización política y los riesgos de nuevos intentos de desestabilización del gobierno democráticamente electo.
Reforzamiento de la seguridad en Brasil
A raíz de esta situación, las autoridades brasileñas han reforzado las medidas de seguridad en torno a Lula y a otros funcionarios del gobierno, así como en las sedes de las instituciones clave del país. La investigación continúa, y se espera que más detalles sobre los implicados y los posibles nexos internacionales surjan en los próximos días. La operación no solo refleja una amenaza directa a la democracia brasileña, sino que también subraya la importancia de mantener vigilantes las instituciones ante cualquier intento de subvertir el orden constitucional.